Sábado, 15/07/2006 1:18

Gustave Courbet, El Sueño
Quise dormir y transcurrir en el día anudándome a las cosas pequeñas y deshacerme de densas nubes que amenazaban desde un cielo ya próximo. Pero no pudo ser, todo gritaba y se movía como si me quisiera engullir, todo faltaba o no se correspondía y era un todo con las manos atadas a barandillas que se precipitaban al vacío, me rendí.
Volví a la página, a ésta o a otra, continué tirando el agua por el colador, la veía cómo caía y desaparecía. La veía cansarse y pronunciar la palabra y la amistad y cómo el agua volvía a chocar contra los muros. Su versatilidad la permitía escabullirse por las rendijas del cemento, pero era un agua perdida que a nadie le calmaba la sed. Pasé el resto del día durmiendo, Herman Hesse decía que creía en el alma y en las fuerzas del espíritu, yo solamente quería encontrar otra realidad.
Sábado, 15/07/2006 2:56
Atoradas pequeñas bestias inmortales me observan desde la vereda, calcinadas en un tiempo que les congelará, afirman que mis pequeños músculos son su trofeo, recluida a callar, obligada a realizar tareas maquinales, convierten su día en la alegría de perseguir un resto del espectáculo que consiguió hacerme verter unas gotas de sangre, maniáticos de la nada y del silencio, religiosos de la esperanza y la desesperación, dificultan que ame este tiempo que nunca volverá, detienen los pasos que sigo dando de todas formas.
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